Reflexión, Pastor Mario Vega -10

3 de Abril 2020
El tiempo pasa rápidamente y ahora nos encontramos en el día 13 de nuestro período de estar en casa

Vivir con ansiedad se parece mucho a salir huyendo, excepto que en este caso, estás huyendo de tu propia vida, el pánico se acumula en tu pecho, mientras tratas desesperadamente de escapar a un lugar seguro, que parece estar fuera de tu alcance, las preocupaciones se arremolinan en tu cabeza a una velocidad que te dificulta la respiración, comienzas a experimentar palpitaciones, parece que tu corazón falla, tu respiración se acelera, surge un dolor de cabeza, siente tus brazos y piernas rígidas; ¿te suena familiar? sí experimentas esas combinación de sintomas, tu has estado sometido a una crisis de ansiedad, lo peor es que muchas veces no hay una razón lógica para ella, los médicos te dicen que todo está bien con tu corazón y tu salud en general, pero tu te sigues sintiendo mal. La verdad es que toda anciedad es la suma de varias causas, los correos electrónicos que nunca se detienen, las notificaciones que se acumulan en el teléfono, y no olviden la trampa de comparación que traen las redes sociales.

Entonces ¿cómo vivimos con eso? cuando sabemos que como Seguidores de Jesús estamos llamados a vivir sin preocuparnos por nada, con demasiada frecuencia nos sentimos abrumados por la culpa, porque creemos que los cristianos no deben sentir ansiedad, pero qué tal si dejas de correr de algo y comienzas a correr hacia alguien, ¡podemos! tú puedes, la promesa de que podemos vivir sin preocuparnos por nada, no se basa en lo que podemos hacer, sino en el hecho de la presencia de Dios.

Veamos lo que dice Filipenses 4:6-7 No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y denle gracias por todo lo que él ha hecho. 7 Así experimentarán la paz de Dios, que supera todo lo que podemos entender. La paz de Dios cuidará su corazón y su mente mientras vivan en Cristo Jesús. (NTV)

Sí de nuestras fuerzas se tratara, no tendríamos esperanza en la lucha contra la ansiedad, pero con Dios tenemos acceso a su presencia, la cual nos ofrece una paz, que ni siquiera podemos comenzar a entender, la paz de Dios es un proceso continuo, la paz de Dios es una constante en cada situación, cada vez que comienzas a sentir ansiedad, acuda Dios por su paz, porque la paz es un producto de la presencia de Dios, la ansiedad menudos no desaparecer al instante, pero recibir la paz de Dios es un proceso continuo, diario, de buscar su presencia, veamos una vez más Filipenses 4:6 No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y denle gracias por todo lo que él ha hecho.

Señor Jesús conforme a tu palabra, también nosotros no queremos preocuparnos por nada, decir esto no es fácil en este tiempo, pero tu palabra sigue siendo verdad y la realidad de tu presencia en nuestra vida a cada momento, también es realidad. Ayúdanos a correr hacia ti, a huir hacia ti, a refugiarnos en ti, pues sabemos que en tus manos encontraremos protección, cuidados y fortaleza, bendice a cada persona que se unen a esta oración, y a cada familia que también depende de ti para su paz y su seguridad, en ti Señor estamos confiados y seguimos creyendo a tus promesas, que amparados bajo tus alas, siempre nos encontraremos seguros. Gracias por la paz que nos das y gracias porque con Cristo a nuestro lado podemos dejar de preocuparnos y esperar en tu amor y tu fidelidad, en el nombre de Jesús Nuestro Señor, Amén!!!

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