Me gusta tomarme el tiempo para leer a escritores muy interesantes como Tim Elmore, él es un popular escritor norteamericano, formador y experto en la generación “milenial”. Es fundador de Growing Leaders, una organización sin fines de lucro con sede en Atlanta (EEUU),
Es autor de libros varios libros tales como: “Haz crecer al líder que tu hijo lleva dentro” ("Nurturing the Leader Within Your Child”), Tim Elmore explica el desarrollo del liderazgo como una habilidad que puede potenciarse en todos los niños y jóvenes.
Tim dice: cuando veo el panorama de los padres en la actualidad, veo una generación de padres que se esfuerzan en hacerlo bien.
Los errores más graves que cometemos, por accidente, son los siguientes: Arriesgamos muy poco, ayudamos muy rápido, elogiamos con mucha facilidad y premiamos a la más mínima. Él explica a lo qué se refiere.
Arriesgamos muy poco: Yo creo que esta es una generación en la que la seguridad es tan prioritaria que no queremos que nuestros hijos asuman ningún riesgo. Pero ¿no crees que asumiendo riesgos se crece? Si me hago un rasguño, me levanto y vuelvo a intentarlo. Vuelvo a subirme en la bici e intento montarla de nuevo. Esas son cosas normales, pero nos preocupamos mucho por su seguridad. A veces me da la impresión de que su edad biológica es normal, pero la emocional es menor, porque nunca se les ha permitido fracasar, que es cuando se aprende.
Los auxiliamos muy rápido. Los padres siempre están rescatando a sus hijos, van a negociar la nota de su hijo, hablan con el profesor, y a veces incluso negocian con el profesor de la universidad. Tenemos que dejar de rescatar tanto y dejar que nuestros hijos crezcan y negocien por ellos mismos.
Los elogios: vivimos en una época en la que queremos que nuestros hijos tengan buena autoestima. Yo también, soy padre y es lo que quiero. Pero la autoestima no se construye solo elogiándolos, deben conseguir algo. Hace falta el elogio y el logro. Tenemos que dejarles hacer lo que tengan que hacer. Y en vez de decirles que son fantásticos porque lavaron un tenedor, tenemos que darles las gracias por hacerlo, y reservar nuestros elogios para aquellas cosas en las que realmente destaquen.
Los premios. Lo que pasa en nuestros países es que le damos trofeos a todo el mundo solo por jugar, por hacer acto de presencia. Insisto, yo creo que tenemos que premiar adecuadamente, yo estoy a favor. Pero los niños piensan: «Esto no significa nada si me lo das solo por hacer acto de presencia». Y luego piensan: «Con ir al trabajo basta, no tengo que hacer nada, mi jefe me premiará». Pero no funciona así.
Así que yo le digo a los padres: Colaborad con la escuela y con los profesores para aseguraros de que obtenéis buenos hombres y mujeres al final del camino». Mi frase favorita es la siguiente: «Debemos preparar a los niños para el camino, no el camino para los niños.
Yo creo que en el mundo hay dos tipos de líderes, y todos nosotros pertenecemos a una de las dos categorías.
Podemos ser un líder nato o un líder circunstancial. Los líderes natos son los que lideran porque es su hábito. Son líderes naturales. Son los niños que cuando salen al patio se hacen con el control del equipo de fútbol. Son líderes naturales. Pero esos son solo el diez o quince por ciento de la población. El otro ochenta y cinco o noventa por ciento de nosotros son líderes circunstanciales.
Todos hemos visto a chicos en la escuela o la universidad que son muy callados y tímidos. Y en cuanto los pones en una mesa de mezclas o en otro lugar: «¡wow!, ¡qué talento! ¿Qué le ha pasado?». Lo que pasa es que ha encontrado su situación. Yo creo que una de las tareas de los padres, educadores y empresarios es ayudar a esta nueva generación a encontrar su situación. Y en cuanto lo hagamos, yo creo que todos nosotros tenemos el liderazgo dentro. Quizás no para dirigir una gran empresa, o para ser el presidente de un país, pero hay un lugar donde pueden sacarlo.
Hay que ayudarlos a encontrar el lugar donde pueden brillar. Donde no están intentando imitar a otra persona, sino donde son, a que están destinados a ser. Eso es lo que quiero para todos los niños subrayo el escritor Tim.
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