Interogante de un creyente.
No sé qué estamos pagando, para que Dios nos castige a todos
en general con este covid-19. Hasta los hijos de Dios, porque esta plaga ha
tocado hasta la iglesia del Señor, no sé qué estamos pagando, por que también
la iglesia sufre, sufre por ese deseo de congregarse, porque hoy ni las células
son permitidas realizar, ni las reuniones en la iglesia, ¿qué será que estamos pagando?
A partir de este mensaje o pregunta o inquietud que la persona plantea, yo creo
que ahí se está expresando la interrogante que los seres humanos nos hacemos
frente al tema del sufrimiento, hay algo que no cuadra, en esto del
sufrimiento, porque si Dios es un Dios de amor, porque permite que haya
sufrimiento, enfermedades y muerte. La pregunta es valedera y no implica una
falta de fe, como tampoco un rechazo hacia Dios, más bien, las personas que se
preguntan eso, no han rechazado a Dios conscientemente, sólo están tratando de
entenderlo, la pregunta revela una profunda inquietud en el interior y no es
fácil resolver, esa agitación interna.
Al igual que muchas otras personas, este
hermano vive el día a día, sin tener un rumbo específico en la vida, este humano
representa a tantos en nuestro mundo hoy, siguen los movimientos, se esfuerza por
llegar a fin de mes, busca un camino donde parece no haberlo y trata de darle
sentido a todo, con demasiada frecuencia, parece que no hay respuestas adecuadas
a nuestro dilema humano, especialmente a la pregunta de: ¿Por qué nos sentimos
tan vacíos? vacíos y sin paz, además no parece haber una razón satisfactoria
para que sigamos esforzándonos al máximo y sigamos sufriendo siempre las
adversidades de la vida, las personas pueden explicar su necesidad interna de
diversas formas, cada quien en sus términos diciendo: necesito paz, otros
quizás dirían estoy tan solo, alguien más dirá; si mi cónyuge sólo me quisiera
como debería, entonces sería feliz, diferentes variaciones pero la misma
melodía, !hay algo mal¡, !no estoy contento¡, !no tengo paz¡, ¿que pasa conmigo?.
La
mayoría de las víctimas de nuestra sociedad secular experimentan este vacío y
no caen en la cuenta que la respuesta se encuentran en Dios mismo, el
comprender que él es un padre de amor y que no se relaciona con nosotros sobre
la base del castigo, sino la del perdón, porque él no nos está castigando, sólo
está reparando el daño que el pecado ha producido en la creación, por supuesto
que esta situación también nos dan la oportunidad de ver hacia dentro, de
interiorizar, y en ese volver a nosotros, descubrimos cosas que siempre
estuvieron ahí, pero a las que poca atención estaríamos prestado, en medio del
peligro y el sufrimiento, siempre hay lecciones que aprender y beneficios que
recibir, nuestro corazón se purifica y nos permite ver más allá de nosotros para
descubrir al otro, al vecino, al prójimo, la pregunta que me hizo el hermano, es
una búsqueda de sentido y la palabra que le da sentido a la vida es Paz, la paz
que viene de reconocer, que Dios es un ser misericordioso, atento al sufrir de
sus criaturas, la paz que sobrepasa todo entendimiento, aunque no podamos dar
todas las explicaciones, la paz de Dios prevalecerá, en realidad ni siquiera
necesitamos una respuesta acertada, sólo necesitamos la confianza en Dios y
experimentaremos la paz de Dios, hasta que no tengamos paz con Dios, nunca
experimentaremos la verdadera paz en esta vida, pero esa paz se nos ofrece
gratuitamente, cómo lo dice segunda de Tesalonicenses 3:16 Y el mismo Señor de
paz, os dé siempre paz en toda manera, el Señor sea con todos nosotros.
Con las
palabras de la escritura podemos unirnos en oración: Señor te damos las gracias
porque sabemos que en medio de toda situación y en medio de nuestras
perplejidades y dudas, tú siempre estás pendiente de tu pueblo, de tu iglesia y
cómo tu escritura lo dice, estamos para recibir siempre la paz del Señor,
siempre en toda manera, que esta paz inunde nuestro corazón, tome el control de
nuestra vida y que en nuestros hogares y en cualquier lugar donde nos
encontramos unidos a esta reflexión podamos vivir de acuerdo a la paz de Dios,
que así sea por Jesús Nuestro Señor Amén.
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